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Mostrando entradas de marzo, 2019

En el índice de un libro de Houellebecq

En la segunda parte del índice del H. P. Lovecraft  (1991) de Houellebecq se lee: Acometed el relato como un radiante suicidio Pronunciad sin desmayo el gran No a la vida Entonces veréis una poderosa catedral Y vuestros sentidos, portadores de indecibles desórdenes Trazarán el esquema de un delirio integral Que se pederá en la innombrable arquitectura de los tiempos No sé si exista el relato o el poema en índices. Hay noticia de ellos en epígrafes, en colofones, en dedicatorias. Existen los acrósticos que revelan nombres como el zumo de limón en papel al fuego. Pueden ser revelados o crípticos. Mas no sé de versos en índices de ensayos. Desconozco poemas que inviten a la acción con salto de páginas. En la 55 se revelará un misterio, en la 73 se ciñe un círculo inevitable. Celebro este descubrimiento personal al comienzo de la lectura de la novela Serotonina (Houellebecq, 2019).

Cosas ridículas

"Escribo. Escribo que escribo." Son las palabras de un ensayo, de una ficción intimista. Salvador Elizondo lo hizo con maestría y brevedad, y es una de las muestras más prístinas de la lengua española por su conceptismo gracianiano, tan caro a Monsieur Elizondo. Yo escribo que Salvador escribió que escribía que escribía. Y lo hago para recordarme que debo escribir, soltar la pluma, los dedos y la imaginación, este arte de la combinación de recuerdos. Y escribo a propósito de una artículo que Vos me mandó hace un tiempo: "14 cosas ridículas que las personas exitosas hacen a diario", en el sitio del World Economic Forum, con esta manía de comenzar las notas con un número en guarismo, al estilo "3 cosas que nadie debe dejar de hacer" o "7 tips para leer tips". No obstante, la nota tiene un sentido claro, aunque con más pátina que corazón. No me entretendré en las 14 cosas a las que alude, ya las podrá leer el somnoliento lector. Sólo glosaré al...